En muchas situaciones los cambios siempre han representado hechos que afectan de distintas maneras gran parte de las poblaciones. Pero existen también ciertas herramientas que pueden hacer favorable las acciones para enfrentar las pérdidas durante dichos cambios Se suele pensar que la cultura también ejerce su influencia sobre las respuestas de las personas a sus situaciones de estrés. En el presente texto se abordarán temáticas relacionadas con los determinantes sociales de la salud, los cuales son los responsables proteger, brindar recursos y respaldar los derechos de cada ciudadano en cualquier comunidad del mundo cuando se encuentre en situación desventaja con relación a la mayoría de la población.
Lo primero que se retoma es la concepción de los determinantes sociales de la salud, que según (Czyzewski, 2011), son aquellas causas ambientales de mala salud que afectan a la población, evidenciados en la susceptibilidad de las personas para desarrollar enfermedades, como un producto de particulares ambientes físicos y socio-económicos. De esto se puede inferir que estos determinantes son esenciales para definir el bienestar, equilibrio y ajuste político a las necesidades de las poblaciones; ya que cada comisión al servicio de dicho sistema, debe garantizar la equidad y promoción de condiciones de vida saludables.
Es necesario tomar en cuenta que el manejo de la equidad en dichos sistemas tiene unas particularidades, las cuales deben estar contenidas en las políticas que regulan y promueven el bienestar de las comunidades. En un estudio desarrollado por los investigadores (Marmot & Wilkinson, 2005), ilustraron el impacto de los grupos étnicos al presentar inequidades en la salud, gracias a la manera como son interpretados los datos, basándose solo en las diferencias económicas y sociales de las poblaciones. La segregación y la exclusión en algunos territorios son menos comunes que en otros, debido al porcentaje de integración entre los nativos y las personas de otras regiones geográficas que emigran hacia dichos lugares.
Considerando que los determinantes de la salud y su aplicabilidad, deberían depender de las necesidades de las del sistema cultural. En el caso de algunas comunidades aborígenes, por ejemplo definen la buena salud, como el balance proveniente de la conexión de los sistemas cuerpo-mente-emociones-espíritu-sin separación entre sí y como dinámicas humanas asociadas con el bienestar. Pese a ello, aunque la cosmovisión de la salud y enfermedad, plantean de dicha manera en su sistema; este no tiene la misma validez que la percepción occidental, por ello aún no son tomados en cuenta sus conocimientos y manejo de la salud.
De acuerdo con un reporte de (Royal Commission on Aboriginal Peoples; Dussault, 1996), si el gobierno federal de Canadá, pretende comprender y llevar a cabo las reformas para mejorar el sistema de salud y curación de las comunidades aborígenes.
Además deberá tener en cuenta que en la mayoría de sus sistemas de curación depende de: su nivel de autonomía, su enfoque holístico en lo personal y social, la mejora a los servicios de atención basados en las prioridades culturales y dinámicas de significación de la “enfermedad”, llevando al sistema de salud aborigen a un estado equitativo.
En concordancia con lo anterior, actualmente los elementos que determinan la salud y enfermedad están derivados de las condiciones de vida, los lugares en los que se labora, si se habita en lugares remotos o urbanos, tipos de trabajos, educación o cantidad de ingresos económicos según (Moral, Gascón, & Abad, 2014). Los factores económicos asociados al estatus de los empleos, deben ser tenidos en cuenta para mejorar las condiciones de pobreza de las comunidades (Walker, McLean, Dison, & Peppin-Vaughan, 2009). Sin embargo se cae en estereotipos o prejuicios sociales al clasificar un enfermo o una persona «saludable» de acuerdo con aspectos materiales y no de identidad.
Los investigadores (Moral et al., 2014) plantearon además que algunos cambios fueron realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la concepción de salud. Ellos significa que se ha tratado de incluir un derecho humano universal, refiriendo que el alcance del nivel de salud, debe presentarse sin diferencia de raza, ideología política, condiciones económicas, sociales o religiosa. Lo cual de todos modos muestra los derechos humanos en una posición teórica e idealista y no para lo que realmente son. La forma errónea de interpretar y validar las condiciones que determinan si una persona y su comunidad son «saludables», han sido forzadas a utilizar mecanismos de exclusión social para subyugar más a unos que otros históricamente en desventaja.
La omisión nombrada en el anterior párrafo, ocurre con los desastres naturales, ya que también hacen parte de la realidad de las comunidades, los traumas que causan sobre los individuos o comunidades que lo han vivenciado y la significación de los eventos para los mismos en ocasiones son irreversibles. De acuerdo con el autor (O. Labra), los impactos de los desastres naturales en la salud, tiene consecuencias biopsicosociales, que incluyen factores de vulnerabilidad en cuanto a la edad de las víctimas, desigualdades sociales, influencia de la cultura y actividades de socialización. No obstante, dos componentes tales como los ingresos económicos y el nivel de educación, son los aspectos más resaltado para medir el estado de salud después de un desastre natural; afectando la manera en que las personas vivencian la experiencia y por lo tanto su tratamiento debe variar.
Por otro lado los investigadores (Ó. Labra & Maltais, 2013), descubrieron que el proceso de asistencia en los servicios de salud a pacientes con VIH- SIDA y los profesionales que los atienden, se han dado cuenta de la necesidad de posponer algunos tratamientos basados en la utilización de equipos biomédicos por intervenir al paciente desde un proceso mucho más humano. En este último estudio se puede notar una nueva manera de asumir la concepción de enfermedad orientada hacia las necesidades de la población más que en la teoría de los determinantes sociales de la salud de los individuos.
BIBLIOGRAFIA
Czyzewski, K. (2011). Colonialism as a broader social determinant of health. The International Indigenous Policy Journal, 2(1), 5.
Labra, O. Relaciones entre los Equipos de VIH y las Personas con VIH/SIDA.
Labra, Ó., & Maltais, D. (2013). Consecuencias de los desastres naturales en la vida de las personas: síntesis de la literatura y orientaciones para la intervención psicosocial ‘. Revista de trabajo social(85), 53-67.
Marmot, M., & Wilkinson, R. (2005). Social determinants of health: OUP Oxford.
Moral, P. A. P., Gascón, M. L. G., & Abad, M. L. (2014). LA SALUD Y SUS DETERMINANTES SOCIALES Desigualdades y exclusión en la sociedad del siglo XXI. Revista internacional de sociología, 72(1), 45-70.