Estres aborigen: una cuestión de cambios en su historia

muralJustificar la importancia de determinar el nivel de estrés de las comunidades indígenas, relacionados con elementos de la historia y saber aborigenes. Es una manera de determinar de donde subyacen las necesidades e impactos de las comunidades aborígenes en la actualidad.

Estudiando algunos factores críticos que aquejan, los estilos de vida de varias comunidades aborígenes en la actualidad. Se detectó una cantidad considerable de preocupaciones, abordadas desde las siguientes dimensiones: antecedentes culturales y saber autóctono en términos de salud según diferentes fuentes de información.

ANTECEDENTES CULTURALES

Según (Dupont, 1993), a la llegada de los conquistadores al Este de Canadá, dicho lugar estuvo ocupado por habitantes nómadas, pueblos originarios distribuidos entre Quebec y otras provincias. Los cuales hablaban diferentes dialectos de la familia Algonquin, tales como los Micmacs, Malécites, Abénakes, Naskapis, Montagnais, Algonqin, Crees y Attikameks. Por otro lado los Béothuks de la misma familia, quienes en el siglo XIX desaparecieron por las guerrás étnicas y epidemias. Las naciones Algonquin vivían de la pesca y la caza, se caracterizaban por construir canoas y casa con “écorce de Bouleau”. Su alimentación preferida eran frutos salvajes, carne de Caribú, de oriñal y de venado. En cuanto al vestuario los hombres utilizaban camisas larga hasta las piernas, pantalones y mocassins en piel de alce y caribú. Durante el invierno usaban guantes sin separación de los dedos gorros con pelos de animales. Por su tendencia a la vida nómada, buscaban lugares cercanos a los ríos, lagos o bosques, para poder pescar o cazar, dependiendo de la estación; y así combinaban los materiales para construir sus carpas de estadía temporal, etc.

Sin embargo varias investigaciones científicas nos muestran, que después de la colonización, la mayoría de las prácticas tradicionales de vida, comenzaron a ser modificadas o desechadas, por las condiciones que amenazaban la supervivencia de dichas comunidades. Es a partir de ahí se observa el interés profundo de las comunidades aborígenes, por el empoderamiento de sus territorios. Además el fuerte sentimiento de atadura a la tierra incrementó hasta tal punto, que comenzó a ir más allá de apropiarse de la misma; algo que les desconectó de sus ancestros, quienes practicaban la vida nómada. A pesar de la sustitución por el sedentarismo, los investigadores (Willox, Stephenson, Allen, Bourque, Drossos, Elgaroy, et al., 2015), encontraron que las personas aborígenes, experimentan con relación a la tierra, un sentido de arraigo a su identidad, bienestar, estilos de vida, historias, emociones-espiritualidad, conexión emergente de la tierra donde viven.

A través del tiempo, los diferentes dialectos y costumbres, han reafirmado que cada comunidad autóctona, tiene sus propias características, lo que las hace disímiles. Pero en algunos lugares se ha desintegrado u obstaculizado el fortalecimiento de las identidades en dichos grupos étnicos. Esta interrupción con respecto al sentimiento de desarraigo que en la actualidad deben experimentar algunas personas, cuando desconocen sus raíces, es uno de los talantes que preocupa a las comunidades aborígenes.

El hecho de que sus futuras generaciones tendrían o no, los suficientes recursos para dar continuidad a su “identidad cultural” término acuñado por (Berry, 1999), la continuidad de sus creencias y conocimientos es explicada por el mismo autor, con el “auto-concepto” definido por los conocimientos que alguien tiene de sí mismo, a partir del sistema de creencias y conocimientos alrededor de una cultura. En consecuencia, añadió que la “identidad cultural” debe estar determinada en el contexto aborigen, desde: percepción y creencia sobre ser, sentido de pertenencia a una comunidad, nivel de autoestima con respecto a ser y el grado de mantenimiento de la identidad aborigen.

Analizando desde el punto de vista histórico, lo que podría simbolizar para las comunidades aborígenes, desplazarse continuamente por cualquier territorio como ha sido señalado en varios textos. Explicado por (King, Smith, & Gracey, 2009) como un “trauma colectivo” que interrumpió la vida de las familias y las comunidades; por los abusos físicos y sexual, pérdida de conocimientos indígenas, dialectos tradiciones entre otras cosas que has sido tomadas como una devaluación de la identidad de los indígenas. Varias investigaciones la anteriormente nombrada, han descubierto que la angustia, ansiedad, depresión, abuso de sustancia y suicidios, atravesadas por las comunidades desde diferentes épocas de su historia hasta el presente, perturbaran sus estilos de vida mientras no sean tomados en cuenta los impactos acumulativos que los cambios ambientales continúan amenazando la conservación de su identidad.

En la actualidad, se notarán que es desproporcional la afectación en sus estilos de vida a nivel comunitario e individual. Según (Lepage, Alcindor, & Jordon, 2009), ocurrió en 1534 que Jacques Cartier atravesó Gaspé, tomándolo como posesión del Rey de Francia. En complemento (Richmond & Ross, 2009), quienes en su artículo de investigación describen que los aborígenes, conciben la tierra como un componente fundamental para la salud y bienestar de sus sociedades; dado que la perdida de la misma puede causar estrés cultural al interior de las mismas.

Supongo al igual que otros autores, se debería profundizar en las experiencias de desposesión cultural, territorial, e inequidad, enfrentadas en repetidas situaciones por dichas comunidades. En especial para comprar los impactos que individual y de género están afectando a los descendientes de diferentes comunidades aborígenes. Como prueba el autor (Berry, 1999), describiendo la manera en que los impactos, en la historia de los indígenas canadienses, han deteriorado la capacidad de sus individuos para autoreconocerse (miedo a la discriminación o segregación) como parte de las comunidades aborígenes.

En este mismo sentido los autores (Lemelin et al., 2010), en su investigación con la comunidad Cree de Weenusk, describieron que desde las negociaciones con la Compañía Bahía de Hudson, La misión de la iglesia Católica-Romana y los diferentes tratados, provocaron en las familias Cree, la urgencia del sedentarismo, e incremento de su dependencia al trabajo en manufactura. Puesto que abandonaron el comercializando pieles de animales y dinámicas familiares, para aprender a vivir como los colonizadores amenazando su identidad cultural.

En adición, la investigadora (Czyzewski, 2011) cita el sistema de colegios residenciales como algo que interfirió en la continuación de la cultura, acceso a la economía tradicional; sesgo en la actualidad los determinantes de la salud, basados en las creencias y carencias de las comunidades aborígenes. En el mismo sentido (Angell & Parkins, 2011) identificaron dos fases de la investigación, desde la década de 1970 dedicadas a estudiar a las comunidades aborígenes. La fase de impactos en la comunidad (1970 y mediados de 1990), una política cultural de asimilación, una sociología de perturbación, y una antropología de la aculturación; y la fase de la continuidad de la comunidad (mediados de 1990 hasta el presente), sostenidas por el poder político, participativo de evaluación del impacto social y la influencia de la ecología cultural.

SABER AUTÓCTONO.

Adentrándome en las cuestiones del Conocimientos Ecológico Tradicional de las comunidades aborígenes, encontré por ejemplo que (Dupont, 1993), que los Abénakis de la nación Algonquin explotaban el sebo del Érable y pescaban durante la primavera. En el verano cultivaban tabaco, legumbres, papas, maíz y algunos frutos. Al final de la sesión tenían recolectadas también plantas medicinales, nueces y castañas. En otoño cazaban aves acuáticas, alces y ciervos. La comunidad mostraba entusiasmo por los mitos y creencias legendarias a cerca de la creación del mundo. Transmitidas de generación en generación de manera oral. Los Chamanes representan el conocimiento en el arte de las guerras y seleccionaban los territorios para la caza. Cuando se reúnen en las ceremonias fúnebres o matrimonios, danzan para dar animación a los personajes principales de la celebración; con la danza del Cuchillo, Pipe o el Águila.

Introducir esta parte comparando lo que cuentan los libros de historia a cerca de la vida de los aborígenes, con las publicaciones científicas a cerca de lo que viven hoy día los aborígenes. Es un proceso que nos obliga a comprender la asimilación cultural de occidente experienciada por las comunidades. como fue descrito por (Richmond & Ross, 2009), cuando asocia la “visión panóptica” que hace sentir presionados a los aborígenes, viviendo “depresión aborigen”. Se asocia con angustias, depresiones, ansiedades y otro tipo de malestares que se reflejan en las problemáticas individuales y sociales de los indígenas en la actualidad. Pocas comunidades Hoy, continúan empleando en su totalidad las actividades tradicionales; puesto que la forzosa historia de hacerles encajar en la sociedad occidental ha interrumpido el desarrollo y mantenimiento libre de sus civilizaciones en concordancia con sus creencias.

El “significado” de la “enfermedad” en los estilos de vida de las culturas, en una investigación que tuvo como objetivo describir el proceso de salud-enfermedad para pacientes que sufrían de Tuberculosis, (Muñoz Sánchez & Rubiano Mesa, 2011), según los portadores, algunos factores de riesgo que invadían su tentadora idea de abandonar el tratamiento, remitían a miedo al dolor, el rechazo, la culpa, contagiar a sus familiares o amigos. Remitiéndome a la idea de que los mitos sobre la enfermedad, sesgan la mirada frente a las posibilidades de concebir dicha enfermedad de otra manera y esto es causado por los “significados culturales” incluidos “el estigma social, la connotación histórica de lo que implica estar enfermo”

En cuanto a la legitimidad de los aborígenes canadienses, el autor (Salée, 2006), señala que a pesar de la preocupación del estado por mejorar el curso de los derechos de las comunidades aborígenes, aún el abordaje de las nociones que determinan el bienestar, no proclaman la visión holística de los aborígenes. Semblante que disminuye la credibilidad y confianza de las comunidades sobre el mejoramiento de la condición de sus derechos planteados por el estado. En mi concepto la universalización de los derechos es uno de los impactos que afectan la conservación de la identidad de las comunidades aborígenes, ya que es una manera de negar la existencia de sus estrategias tradicionales, para ejercer un orden social en las reglas ancestrales de comportamiento.

En general yo pensaría que la apertura a nuevas maneras de interceder por mejorar el estado de salud física y mental de un ser humano puede ser mediatizado por cualquier figura que represente, con el mismo rigor en una serie de conocimientos otorgados por su sociedad. Así como en el mundo occidental existen los médicos, psicólogos, enfermeros, entre otros profesionales al servicio de la salud y enfermedad. Según (Díaz Mujica, Pérez Villalobos, Gonzalez Parra, & Simon, 2004) en Chile, definen que el Machi y la Machi personifican para la comunidad mapuche, las figuras de experticia con relación a la salud y enfermedad de la Medicina indígena. Para lograr la curación la Machi y el Machi, tienen diferentes funciones para proteger, interceder, propiciar, combatir las enfermedades y regular el nivel de bienestar en las comunidades con ceremonias y rituales. Es decir, los conocimientos podrían variar entre las prácticas, pero tienen la misma intensión “curar”. No obstante, se debe reconocer que las condiciones ambientales influyen sobre la experiencia con el tratamiento de ahí, la propuesta de algunos autores como (Wilson, 2003) por demarcar la necesidad de incluir los paisajes terapéuticos (Therapeutic Landscapes) en centros hospitalarios para mejorar el estado de salud de personas de las comunidades aborígenes; al acondicionar los espacio para permitir el contacto con la naturaleza indispensable en la concepción de salud de las mismas.

Como consecuencias acumulativas de la universalización de las políticas aborígenes los investigadores (Willox, Stephenson, Allen, Bourque, Drossos, Elgarøy, et al., 2015) indican que la salud mental de los indígenas, se ha convertido en una fuente de potencial estudio, en especial con relación al cambio climático y explotación de recursos naturales. Pienso que esta es una necesidad que no sólo limita las actividades de los aborígenes en Canadá, sino también las de otros países; restringiendo las posibilidades de que los indígenas puedan acceder a servicios de salud, educación entre otros beneficios; acordes con sus requerimientos culturales (entran en juego la efectividad de los tratamientos que se les brinda y su capacidad de resiliencia). En México por ejemplo (Zaragoza Contreras, 2010) argumenta que en las reformas de 1992 al artículo 4° de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, los vocablos que definen cultura, identidad, indígena y etnicidad, requieren de adherencia teórica al contexto de las comunidades indígenas, dado que falta identificación de dichos grupos étnicos con su realidad. Situación que asumo problemática, por la generalización de la cosmovisión de las comunidades indígenas; con las no indígenas, las cuales ponen en desventaja a los indígenas en su bienestar y calidad de vida.

Por otra parte algo importante a resaltar en términos de cultura e identidad. Son los “significados” los cuales con el conocimiento tradicional y las prácticas culturales, expresan las nociones empíricas de las comunidades y conformación de la identidad. Ha sido abordada desde dos definiciones planteadas en una investigación sobre medicina indígena y salud mental, por el autor (Samudio, 2006) tales como la bio-medicina occidental “el saber del médico es un saber sobre la enfermedad, no sobre el hombre , que no interesa al médico sino como terreno en el que evoluciona la enfermedad” consultada por personas principalmente no aborígenes. Versus la medicina indígena “aquella medicina que desarrolla concepciones, procesos y prácticas curativas autóctonas del continente americano y que milenariamente son practicadas por los pueblos indígenas americanos” Concurrida en su mayoría por las personas aborígenes.

En la misma línea cabe nombrar que la medicina indígena no tiene reconocimiento en las prácticas de la salud, lo que por ende, impacta a las comunidades aborígenes. Con referencia al tema los investigadores (Richmond & Ross, 2009) afirmaron que las políticas de salud y programas en Canadá, están obligados a reconocer, en los determinantes de la salud que, para las comunidades indígenas se deberían incluir aspectos como: reconexión con la tierra, sus recursos y ambientes tradicionales, validando su saber ancestral.

Pese a ello, en las definiciones señaladas, puedo comprender que existen diferencias significativas, entre los conceptos en términos de las herramientas conceptuales que se utilizan para medir sus objetivos, así como también, en los sujetos a intervenir.

También se observa la manera como algunas comunidades en su sabiduría, delimitan las enfermedades que pueden ser intervenidas por los médicos occidentales y cuáles pueden ser por los médicos indígenas como lo citaron los autores (Díaz Mujica et al., 2004) planteando que algunas comunidades actualmente observan la medicina indígena y la medicina occidental como un complemento. Puesto que, ante las enfermedades mágico-religiosas acuden a los agentes de salud de la medicina indígena y para otros tipos a los bio-médicos. Sin embargo de acuerdo con la opinión de algunos agentes de la salud Mapuche dentro del mismo estudio, explicaban que era un riesgo para la salud de las personas de sus comunidades, asistir al mismo tiempo a procesos de tratamientos con la medicina occidentales y la indígena.

Según (Cardona Arias & Rivera Palomino, 2012) las enfermedades foráneas, tales como diabetes, hipertensión arterial y dislipidemias; afectan la salud de los pueblos indígenas en Colombia, debido a que los médicos no tienen el conocimiento de las normas en las creencias de las poblaciones indígenas. Lo anterior impediría a los profesionales de la medicina occidental, dar una atención terapéutica acorde con los patrones de diversidad y sin que desde los sectores oficiales se homogenice a las comunidades. Este punto, es una de las problemáticas a indagar con el presente estudio; en las diferentes comunidades que se encuestarán, sería interesante saber cuál es su experiencia individual de los impactos con relación al ambiente cambiante. Ya que si se reconoce desde la colonización, la existencia de diferentes dialectos y costumbres al interior de cada una de las comunidades, entonces también se esperaría que no se diera la tendencia a generalizar y universalizar sus derechos y deberes con respecto a sus dinámicas de socialización.

Es por ello que la salud y las estrategias de confrontación de las enfermedades, son inherentes a los seres humanos y por lo tanto condicionan las intervenciones durante los procesos debido a las experiencias en la concepción de la enfermedad. Pese a esto en la literatura se cuestiona, que en algunas comunidades se prohíba el consumo de ciertos nutrientes necesarios para la supervivencia por su cosmovisión del mundo. Como en el caso del sistema observado en la medicina popular, la cual trata de incluir aspectos culturales en los sistemas de salud.(Langdon & Wiik, 2010) Sugieren tomar en cuenta: el sistema social de salud, refiriéndose a la atención en salud basada en prácticas culturalmente aceptadas, incluyendo brujos, pastores, curanderos, curas, hechiceros, profesionales, instituciones, jerarquías de poder; que administren como en la actualidad los servicios en el sistema de salud. En consecuencia, pensaríamos en el sistema cultural de salud constituido por los pensamientos, cogniciones, percepciones encargadas de explicar las enfermedades que la biomédica no puede atender, a diferencia de la etnomedicina en el contexto aborigen. Cité lo anterior para indicar que la salud y la enfermedad, deberían ser no sólo estudiadas desde las experiencias académicas puesto que dichos conceptos están determinados indirectamente por las prácticas culturales de las comunidades.

Con relación al impacto que occidente ha generado sobre sus creencias revelaban que los juicios morales lanzados por algunos profesionales del área de la salud occidental, sobre sus prácticas de sanación aplicadas por los Machis en Chile, constituían parte en el alejamiento de personas de la comunidad de las tradiciones y su estilo de vida. Negativamente afecta la salud de los Pehuenches (gentilicio de los Mapuches), ser colonizados porque se exponen a las enfermedades que son propias de sus contextos como fue citado por los mismos “cada medio y contexto, son los que proporcionan la cura”. Cuando se presentan entre los de la comunidad enfermedades mágico-religiosas acuden a los agentes de salud Mapuche. Una brecha a favor de los profesionales de la salud occidental que puede ayudar a la compresión de emociones e ideas de las comunidades mapuche y una mirada que amplía el panorama de los determinantes de la salud.

Concluyendo el hecho de que las comunidades difieran entre el tipo de dilemas les impactan de manera negativa o positiva; se tendrán en cuenta para analizar los resultados de las escalas que se aplicarán en este estudio; puesto que lo anterior me proporciona material útil en el momento de diagnosticar o intervenir los individuos de cada una de las comunidades, procurando por la adaptación a su concepción de la salud y cosmovisión cultural; como parte de mis principios éticos a nivel científico. Como fue determinado por el autor (Cardona Arias & Rivera Palomino, 2012) cuando desarrolló un estudio en que describió el proceso de salud- enfermedad para los indígenas Embera-chamí en Colombia, es constituida en la armonía de las dimensiones: física-biológica, psíquico mental, espiritual, social y ambiental.

Obteniendo con claridad el nivel de participación, de las comunidades indígenas sobre la construcción de sus derechos y deberes. pienso que cada comunidad tiene un legado, ellos mismos le dan el “significado” a enfermarse, cuidarse, morirse, tipos de roles, actores sociales, ser saludable o no, tipos de higiene, jerarquización en sus relaciones, etc. Se debe reconocer que el saber de los autóctonos, es un manera de hacer culto a la diversidad y por ende valorar el sentido de conservar la tradición cultural.

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